Qué es el Trastorno de Procesamiento Sensorial

El desarrollo sensorial constituye en nuestros pequeños, los canales por donde reciben la información de su entorno. El aprendizaje y su percepción de los colores, las formas, los olores, los sabores, los sonidos, y de su propio cuerpo como sensaciones de hambre, de frío, sed o posiciones del cuerpo en el espacio.

El Trastorno de Procesamiento Sensorial (SPD) es una condición neurológica en la que un niño tiene dificultad para percibir o responder a cualquier estímulo que afecte a los sentidos. Por ejemplo, un niño con SPD puede ser extremadamente sensible al sonido, al olor o a la sensación táctil. También conocido como Disfunción de Integración Sensorial, este trastorno puede tener un gran impacto en la forma en que una persona interactúa con los objetos cotidianos o el entorno.

¿Cuáles son los síntomas del Trastorno del Procesamiento Sensorial?

Los niños con trastornos de procesamiento sensorial pueden reaccionar de manera diferente a la entrada sensorial o a estímulos comunes como la luz, el sonido, la ropa o la textura de los alimentos. Dado que muchos síntomas de SPD se parecen a los de otros trastornos, es importante notificar a un profesional médico si sospecha que su hijo puede tener problemas sensoriales. Además, los niños con otros trastornos (como el autismo o el TDAH) también pueden experimentar SPD como una condición concurrente. Los niños superdotados (p. ej., los «prodigios») también son muy propensos a tener alguna forma de SPD.

Los expertos dividen los síntomas del SPD en dos categorías: evitación sensorial y búsqueda sensorial.

Evitación sensorial

Los niños con síntomas de evasión sensorial son muy sensibles a su entorno y parecen «reaccionar de forma exagerada» a los estímulos. Como resultado, estos niños pueden acostumbrarse a «evitar» escenarios sensoriales siempre que sea posible. Estos síntomas pueden incluir los siguientes:

Lucha con las texturas de la ropa (reaccionando como si la ropa fuera demasiado rasposa o picante).
Bizquear o evitar la luz (reaccionar como si la luz fuera demasiado brillante).
Considera que los sonidos promedio son demasiado fuertes (o se escapan a «lugares tranquilos» en ambientes ruidosos).
Evita los abrazos (reacciona como si los toques suaves fueran demasiado duros).
Las texturas estándar de los alimentos causan náuseas; la negativa a probar nuevos alimentos.
Aparece inusualmente abrumado entre grandes grupos de personas o en nuevos entornos.
Parece fácilmente asustado por cualquier interrupción o nuevo ruido.
Hace berrinches sobre cualquier pequeño cambio en la rutina.
Parece perder el equilibrio a menudo o parecer inusualmente torpe (puede ser un signo de un problema vestibular).
No hay sentido de control de la vejiga o de eliminación (posible signo de problema interoceptivo).
Miedo a jugar o a columpiarse, al balancín o a la mecedora.
Mareos constantes o mareos; sensación de estar «fuera de sincronía».
Búsqueda sensorial.

Búsqueda Sensorial

Por el contrario, los niños con síntomas de búsqueda sensorial se sienten poco sensibles a su entorno. O bien participan en comportamientos para buscar la «emoción» de usar los sentidos o necesitan estímulos adicionales para procesar mentalmente su entorno. Estos síntomas pueden incluir lo siguiente:

Incapacidad para sentarse quieto.
Poca habilidad motora, bajo tono muscular o control muscular, espasmos o sacudidas (puede ser un signo de problema propioceptivo).
Búsqueda de emociones (saltar desde alturas inusuales, girar durante períodos de tiempo inusuales).
Incapacidad para reconocer las señales sociales o entender el espacio personal.
Masticar o roer objetos inusuales (como lápices, manos o ropa).
Puede buscar estimulación visual (como el uso excesivo de la electrónica).
Comidas inusualmente largas o el deseo de jugar con ciertos alimentos.
Incapacidad de reconocer la nariz que gotea, la ropa sucia, etc.
Puede tener dificultades para dormir.
Incapacidad de reconocer el peligro (por ejemplo, estufa caliente, calle concurrida).